Me pongo rallos láser en los ojos y ya no veo lo que feo que soy en el espejo

Me pongo rallos láser en los ojos y ya no veo lo que feo que soy en el espejo

Una cosa.

No soy economista. Pero sé ganar dinero en los mercados financieros. Da igual en qué mercado.

 

¿Eso es que soy muy listo?

No tiene nada que ver con eso, es por otra razón. Es porque he leído por ahí unas cuantas cosas y me he fijado en algunos detalles.

 

 

Te voy a contar uno que igual te ayuda.

A Jesse Livermore (uno de los mejores especuladores de todos los tiempos), le preocupaban un par de cosas:

Lo primero: Ignorar soplos y rumores. Osea, las opiniones, consejos y sospechas de otras personas, por más amables y capaces que pudieran ser.

Segundo: No tenía ningún prejuicio especulativo.

 

 

"Un mercado bajista no me atrae más que uno alcista o viceversa. Mi único prejuicio constante es equivocarme.

Cuando tengo posiciones largas en valores es porque la lectura que he hecho de las condiciones me han llevado a ser alcista. Sin embargo, hay muchas personas, reputadamente inteligentes, que son alcistas porque tienen valores.

Yo no me permito que mis posesiones, ni mis preocupaciones, piensen por mí y por eso repito que nunca discuto con la cinta. Enfadarse con el mercado porque de forma inesperada o incluso ilógicamente nos va en contra es como enfadarse con los pulmones porque tenemos una neumonía"

 

 

Bueno, a mi ese enfoque es el que me gusta. Me parece realmente inteligente.

Ahora bien.

Puedes preocuparte de seguir el enfoque de Jesse Livermoore o preocuparte de ponerte rallos láser en los ojos en la foto del perfil de twitter, para contribuir a que Bitcoin llegue a los $100k.

Si eliges la primera opción, dale las gracias a Jesse Livermoore, porque yo sólo he transmitido lo que él decía.

Yo estoy aquí de paso sin más, él ha dejado huella.

 

 

La mayoría de la gente que empieza a invertir en criptomonedas, se va a un foro o a las redes sociales y se ponen a ver lo que están haciendo otros.

Y resulta que esos otros están tan ligados emocionalmente a algunas criptomonedas, que lo mismo se han casado ya y todavía no se han enterado cuándo fue la boda.

Esto es así.

Así de simple.

Entonces escriben opiniones sobre su nuevo cónyuge y están tan enamorados que aunque les robe, siguen fielmente comprometidos sin saber que lo están.

Pero a esa criptomoneda no les interesa nada de ellos.

Ni su vida ni nada, oye.

Cero.

 

 

 

Pero si haces lo de Jesse Livermoore, pues lo mismo te interesas un poco más por tí, por tu bolsillo y el mercado te termina premiando por haber hecho bien las cosas.

Aunque siempre puedes optar por la segunda opción y cabrearte con tu pareja cuando no te corresponda.

Bien.

Yo tengo un curso que es para mayores. No es para niños.

Y en él te explico paso a paso cómo se especula y se compra y se vende en los mercados para ganar dinero.

Hay que aprender a especular sin llorar y sin amar. Para eso ya está la vida.

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